¡Cuidado, Verificar cuesta más que Calibrar! Tienden al infinito las veces que escucho o leo que para un instrumento “sólo se necesita una verificación en vez de una calibración”. Según la UNE EN ISO 10012 “Sistemas de gestión de las mediciones” y el VIM “Vocabulario Internacional de Metrología” esta infracción se castiga con tarjeta roja y sanción económica.
La tarjeta roja es clara, porque utiliza los términos verificación y la calibración como términos sustitutivos y no como términos consecutivos, como en realidad son. El concepto de la UNE EN ISO 10012 de “Confirmación metrológica” los ordena coherentemente siendo necesario, en primer lugar, realizar la Calibración para poder luego verificar, tanto el instrumento, como la magnitud de medida del proceso donde participe. No tener claro cómo se relacionan estos 2 conceptos hace que el gasto de esta acción metrológica genere solamente un documento más, perdiendo la oportunidad de dotar de auténtica fiabilidad a las evaluaciones de la Conformidad consecuentes.
Es relativamente sencillo saber verificar un Instrumento. Sólo se tiene que pausar un momento, respirar profundamente y pensar por qué y para qué tengo que calibrar el instrumento.
Normalmente, en el 95,45% de los casos, la respuesta está en uno de estos 3 escenarios:
- Verificar para poder cumplir una norma o ley
- Verificar para evaluar las especificaciones del Fabricante
- Verificar para cumplir con la calidad/seguridad de mi producto o proceso
Ahora hablemos de la sanción económica. A la mayoría de los terrícolas con conciencia metrológica, la calibración les parece cara. El resto, son los laboratorios de calibración que realmente saben lo que cuesta calibrar un instrumento de medida. Verificar un instrumento supone más tiempo y recursos que simplemente calibrarlo. De hecho, ya hay laboratorios de calibración que están cobrando un suplemento por la verificación de los resultados de la calibración.
Tener que verificar los resultados de la calibración es una obligación crítica para el usuario del Instrumento de medida y, si se incluye en el certificado de calibración, genera un nuevo desafío para que los Laboratorios de Calibración sigan produciendo resultados de máxima fiabilidad. En este último caso, debido a que se introduce una nueva variable que complica el proceso significativamente y que entra en juego al final del proceso de calibración. Seguramente, es por lo que los laboratorios de calibración van arrastrando los pies antes de incluir la verificación en sus certificados. Cada vez hay más documentación para poder ir definiendo las reglas de evaluación de la Conformidad y, de este modo, entender que verificar un instrumento siempre cuesta más que simplemente calibrarlo.
Para ampliar el contenido ver, Artículo de Revista E-medida: https://www.e-medida.es/numero-21/evaluacion-de-la-conformidad-metrologica/
Texto: Sergio Extremera, Jefe de División en FemtoCal
Edición: Comunicación FemtoCal